Domingo se encargó de la mano de obra y aprovechando sus vacaciones, pincel en ristre, sin previo aviso y por lo tanto con poca ayuda (solo con la de Alfredo Gaudó), se pusieron en marcha y en unas cuantas jornadas lo dejaron terminado.
Con esta acción intentamos agradecer un poco, todo lo que nos brinda la Parroquia.